Te lo dirán.
Seas un corredor habitual o un novato que, de repente, pierde peso a ojos vista.
- “Oye, estás muy delgado. ¿Te pasa algo?”
No te asustes si la pérdida no es brusca o dramática. Del mismo modo te digo que no seas borrico y te embarques en una autosatisfacción tipo:
- “Fíjate qué tipo. Pues me han dicho que mi peso ideal todavía está en XX”
Y es que no estamos acostumbrados a ello. Durante los últimos treinta años el tamaño medio de los seres de países desarrollados ha ganado “en calado”. Las tallas, los hábitos, las dietas sedentarias, tener comida sin que sea un problema monetario. Hay un excelente post en el blog del Nutricionista sobre cómo afectó el paso de la crisis alimentaria por la sociedad cubana. En las sociedades que superan la crisis económica se olvida aquello del “menos plato y más zapato”. Resume perfectamente qué quiero decir (echadle un vistazo).
¿Es normal que te digan eso?
Es normal que perdamos peso y es normal que la gente se asuste. Quizá disimulen muy bien y, bajo esa cara de susto, viva una envidia subyacente. Creo que hablo por todos los corredores habituales. No nos queda bien la mitad de la ropa por holgada. No rellenamos los hombros de las chaquetas ni los cuello de las camisas. Ni las copas de los sujetadores.
Por supuesto si eres novato/a correr es un magnífico y veloz método para perder peso. Con el peso se va el volumen.
¿Es malo que te lo digan?
Es malo que sea el único objetivo. No es tanto lo que te digan o cómo te vean sino cómo lo asumas. Por fortuna o por error en las culturas mediterráneas se asociaba comer bien y mucho (y que luzca) a la salud. Si tu madre o abuela todavía te intentan estofar como un pavo es normal. Ellas vivieron épocas de carestía. Además las celebraciones en el entorno cultural ibérico están asociadas a comer, banquetes y similares.
Pero si tus seres cercanos de menos de cuarenta años insisten algo hay que no encaja. O ellos o tu pérdida de peso. Permanece alerta.
¿Es el objetivo cuando comienzas a correr?
Perder peso sí es un de los objetivos. Que una apariencia delgada nos dé una medición de salud, considero que no. Correr lo tomamos como ejercicio saludable. Lo de perder peso y redondeces es una consecuencia saludable. Además no hay una medida estándar. Verás que a igualdad de años corridos unos han adelgazado más o más rápido que otros. No te compares con tu compañero de oficina por mucho que hayáis empezado a correr juntos. No hagas de correr una apuesta porque tu amiga o tú podéis tener metabolismos diferentes.
¿Es el objetivo cuando llevas tiempo corriendo?
Creo que no. Para mí no. Es más. Lo considero un problema psicológico.
Oiréis de corredores experimentados que hay una búsqueda constante de mejorar frente al reloj, a la distancia o, al menos, mantenerse a lo largo del tiempo. El esfuerzo de mirar de reojo a tu agenda y confrontarla con los entrenamientos es una cosa. Estar chequeando cada parcela de tu vida para ver si encaja con ‘el plan’ es un síntoma muy serio. Es rondar la percepción errónea del propio cuerpo. Se llama vigorexia.
¿Qué pensais de todo esto? ¿No es tan fiero el león como lo pintan? ¿Siempre viene bien ‘verse más fino’?
¿Dices tú cosas como ‘qué bien te veo cabrón; estás flaco‘?