Ayer era Mariano Rajoy. Antes lo fue Jose María Aznar. Entre medias, Jose Luis Rodriguez Zapatero. Todos los presidentes españoles posteriores al boom del correr le dan a la zapatilla en mayor o menos medida. Aquí los tienes. Presidentes y primeros ministros al trote. Nosotros no tenemos Primer Ministro. Lo sé. Dad tiempo al tiempo.
Para sonreir, para llorar o para correr (como aquellas breves que tenía una revista del papel couché).
¿Es cómodo para sus agendas? ¿Movidos, como decía Bernardino Lombao en entrevista ayer a un diario madrileño, a abandonar ‘otras mariconadas’? ¿Imitan a otros grandes como Bush Jr o Cameron?
Sea por la razón que sea, lo cierto es que los años ochenta fueron todavía mal momento para introducir la zapatilla en el Palacio de la Moncloa. Las primeras carreras populares pillaban tarde, quizá, a una generación de políticos surgida de ‘otro Spanish way of Life’.
Nuestros compañeros de trabajo, representantes políticos y presidente del gobierno todavía vivían en esa cultura del Ducados y de los ceniceros presentes en todas las mesas. Testigo es la mítica foto que hizo Marisa Flórez a los dos presidentes de la España moderna.
¿Hemos ganado en este particular, con políticos deportistas? ¿Hemos ganado en algo?